Consultar podría ser una salida

Centro Buenos Aires nace en el año 2001 como producto de la experiencia recogida por un grupo de psicólogos clínicos argentinos residentes en Barcelona. 
Si bien, en un principio, el equipo trabajó con la temática del desarraigo de la población  inmigrante, al poco tiempo -y dada la demanda terapéutica-, extendió su campo de abordaje a una multiplicidad de problemáticas psicológicas  características de nuestra época. Las adicciones, la ansiedad, las elecciones fallidas de pareja, el desencuentro constante con los otros, la profunda soledad de cada uno. Con este malestar nos vemos todos los días, en un circuito de pura distracción por el diario vivir. Entonces, se tratará de mantener y cultivar un espacio, en el que podamos desplegar nuestra angustia para poner en ella nombres. En eso consiste un lugar de análisis para poder resolver lo que produce dolor y desespera.  ​
El psicoanálisis es una forma posible de hacer algo con el malestar, y más precisamente, con lo que el "mal-estar" hace de nosotros. Funcionar, en relación a lo  que nuestro yo indica o espera, no sería ése el objetivo de una experiencia de análisis, sino que cada quien - a partir de un trabajo sobre sus frases (aquellas que se invocan conscientemente, y aquellas que están inscritas desde siempre en nuestro particular discurso en forma inconsciente)- , pudiera  adoptar una posición crítica. Esto facilita dar la posibilidad de deshacer los anudamientos de significaciones, que se nos presentan como determinismos que podrían estar direccionando fatalmente  nuestra existencia.
Un análisis opera justamente, vulnerando esas palabras que nos atraviesan, y en las cuales solemos acogernos de forma problemática y mortificante.
El psicoanálisis invita a un acto de arrojo a quien ose plantar cara y tomar una posición crítica ante los cantos de sirena,  que sin poder advertirlo estáblecen las significaciones que constituyen la realidad de su vida.
Ulises ordena a su tripulación que lo ate fuertemente al mástil del barco, a fin de poder él mismo transitar la experiencia del encuentro con las voces irresistibles y mortíferas de las sirenas. Así es que el mítico héroe ordena a cada uno de su tripulación taparse con cera sus oídos, para afrontar el inhumano desafío.